No tengo otra cosa que poder regalar a todo el mundo. Así que, para quien quiera apreciarla, ahí está mi palabra.

lunes, 12 de marzo de 2012

Atocha - El Pozo - El tren

Era el sol la presencia más viva en la plaza. 

Y había allí miles de almas congregadas,

gritando en silencio, respetuosas, abrazadas. 

¡Al dolor y a la memoria condenadas!

Hay aún algo peor que las garras de la guerra: 

el cobarde asesinato de personas no avisadas.


Una muerte que a todos nos alcanza,

que deja un hueco en nuestro abrazo
un 
hueco que ya nunca más se abarca,
un 
hueco que jamás llenan las lagrimas.


Un dolor que llega de repente y te traspasa.
Ese dolor que deja un rictus imborrable 

en los rostros de los hijos, de los padres,

que hiere a la víctima y a cuantos la aman.

El dolor que vuelve loco y que no acaba,

un dolor por quien, por siempre ya, nos falta.


Era el sol la presencia más viva en la plaza.
Lo demás, por un instante casi eterno,

fue tan solo algo de ira, tristeza y nostalgia, 

llanto e impotencia, dolor, muerte derramada.



Ogando, "In Memoriam". 2012

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