Cuentan las leyendas que
el tiempo nos cambia,
que cuartea la piel, que
nos disfraza,
aminora nuestro paso,
pinta las canas blancas,
disminuye nuestra fuerza
y confianza.
Se dice que el tiempo
nos acerca a la muerte,
que nos lleva hacia ella
en volandas.
Y, si nos lo creemos, la
vida se nos escapa,
en verdad desaparece
veloz, rauda.
Hemos de ser al revés, el
tiempo hay que vivirlo,
pues es la vida quien nos
lo regala,
y si lo aprovechas, ganas, ensanchas el alma.
Como Alicia, entrando en
el mundo del espejo,
demos la vuelta al
concepto, porque creedme,
si no queremos, nada nos
cambia.
La experiencia no gasta,
las cosas que vivimos
nos construyen, el cielo
nos espera terminados.
Nosotros somos Dios, bien acabado.