No tengo otra cosa que poder regalar a todo el mundo. Así que, para quien quiera apreciarla, ahí está mi palabra.

miércoles, 8 de julio de 2015

Cádiz quiere ser nave.







Sus torres moras al viento,
cual velamen elegante,
beben el loco Levante
que les llega desde el puerto.
Un viento de Andalucía
que enloquece a navegantes,
y que la impulsa adelante.

Cádiz navegaría. 
si un fino cordón de arena
no la amarrara a tierra,
anclándola a la bahía.

¡Quítame allá esas penas!
Cádiz, se escaparía...

Marino, capitán, vigía,
embriagado se pasea
el Sol por las azoteas
de esa isla en sintonía
a la que el mar bambolea.
  
¡Qué luz corre por sus calles! 
¡Qué música en sus callejas!
Arte, color, sueños, aves... 
se posan en sus tejados,
como en cubiertas de naves.
 
Hay que oír a las gaviotas 
llamarla hacia los mares…
Cádiz se ha puesto guapa,
la reclaman en mil lugares.

No te pido que me creas,
tú mismo, a vista de ave,
verás, subido a azoteas,
que Cádiz quiere ser nave.

J. Ogando, julio, 2015.  (Fotografías de Elena Esteban).