No tengo otra cosa que poder regalar a todo el mundo. Así que, para quien quiera apreciarla, ahí está mi palabra.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

"Recuerdos..."

           
        
               Recuerdo inventados cielos,
montañas artificiales,
falsos cráteres lunares
llanuras imaginarias,
lagos, bosques y montañas.
¡Geografías de bolsillo!.
Mil solares indefinidos
               en paisajes convertidos,
               a los ojos de un chiquillo.

Recuerdo hadas y dragones,
putas, macarras, matones.
Recuerdo darles la lata
               en el “Cerro de la Plata”
cuando hacíamos novillos.

Y recuerdo algún pitillo
fumado furtivamente,
entre los varados trenes,
batiéndome el corazón
y latiéndome las sienes.
Campos, solares “a cienes”,
¡“el puente de los tres ojos”!,
niños llenos de piojos…
Recuerdo el antiguo barrio,
un barrio “sembrao” de rojos,
de colegas, y gamberros,
muchos gatos, muchos perros.
Recuerdo rozar el cielo
con mis sueños de altos vuelos.
... Y la primera cerveza…
… ¡Con mi abuelo! …

Imaginar, sobre el terreno,
ser el Capitán Trueno
y vivir a pulmón lleno,
creer que eres el bueno
y que aún serás mejor,
recuerdo hadas, brujas… ¡y Sigrid!.
Cómo no…, el primer amor.
Recuerdo, en aquél tiempo,
sentir como un ganador.

Recuerdo haber sido niño,
joven, adolescente…,
haber creído en la gente,
haber amado al amor,
haber estado de moda,
haberme sentido fuerte,
y reírme de la muerte,
de Satanás, y de Dios.
Recuerdo días de gloria
Y de desesperación,
lágrimas y sonrisas,
excitación y pasión.
Y recuerdo incluso huertos,
Ovejas y algún pastor.

Y, con ojos humedecidos,
recuerdo amigos perdidos
y un salvaje corazón,
hermosos días vividos
sin porqué, sin ton, ni son.
Con nostalgia de la magia
y de la imaginación.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Soledad me regalaste...

  
Te fuiste de repente
y soledad, sin más,
me dejaste regalada
para compartirla
con nadie, con nada…

Soledad me dejaste
por toda compañía...,
el Sol, los caminos,
y la sombra mía…

Ausencia y silencio
en las veredas...,
en pos del consuelo
que nos queda,
bajo el azul del cielo,
¡tristes peregrinos,
buscando tus recuerdos,
el Sol, mi sombra, y yo!,
andamos los caminos.

Quiero pensar que sigues
en el aire, en los sonidos…
en el rozar de élitros,
batir de patas y alas,
en el cantar de cigarras
y en el rumor de grillos,
en algún, casi alegre
cascabel, de caballo
a la noria de un trillo
eternamente uncido,
y en las risas de
lejanos aldeanos,
que me trae volando
el viento ufano,
caliente y amarillo,
vestido de intenso trigo,
reventando de Sol,
de espigas y de grano.

Silencio y soledad,
y llanuras de secano,
mientras vuelan tus
recuerdos escapando
en el canto armonioso
de las aves,
hacia horas mas tranquilas
de la tarde,
en bandadas de momentos
presentidos
que traen mis lagrimas,
como siempre,
de llorón que nunca fue
y se ha rendido.

El Sol, el silencio, los sonidos,
el calor, los colores, los sentidos,
comunión con la que honro
tus recuerdos que se ensañan.
Una hechizada procesión,
una pálida “Santa Compaña”.
Mi sombra y yo por los caminos

lunes, 5 de diciembre de 2011

¿Una pésima ladrona?


No se nos lleva los huesos,
ni la carne, ni el pellejo.
No se nos lleva la sangre,
ni los ojos, ni el cabello.

No viene a por los tesoros,
pues desprecia los palacios,
y tampoco quiere el oro.
Se marcha y lo deja todo:
Sigue en la cama el amante,
continua, en la percha, el loro...
Se va de nuestras alcobas
dejándose en las paredes
todas las obras de arte.

Igual que un gélido viento
consigue llegar a helarte.
¡Y no viene a desvalijarte,
no echa abajo las puertas,
ni quiebra los ventanales!.

Pero insisto, es inquietante,
se marcha y lo deja todo
como estaba exactamente.
Aunque, inexplicablemente,
cuantas más cosas posees
mayor disgusto te llevas
cuando viene a visitarte,
como siempre, sin avisarte.

Sin embargo, ¿que te parece?,
puede venir a buscarte,
sin ni siquiera inmutarte,
cuando lo has vivido todo
y nada tienes, ni debes.
Así que dejame preguntarte:
¿Que nos produce tal miedo?.
¿Dónde nacen tal recelo
y tan oscuros anhelos?.
¿Por qué un vértigo tan fuerte?.

Pues, robando de tal suerte,
¡¿qué se nos lleva la muerte?!