Me hace ver de repente,
y reíros cuanto queráis,
con imaginaria lente,
caprichosa, potente,
el cuadro más loco y
el pintor mas ausente,
la obra más hermosa,
el sonido más silente,
colores chillones que
estallaron prudentes.
Nos veo pululando
entre los continentes:
amebas prepotentes,
mentes perturbadas,
con garras y dientes,
ciegos y videntes,
corazones desnudos,
enanitos dementes…
entre mares, abismos,
y sólidos puentes,
construidos por brazos
que buscan abrazos
en distantes vertientes.
Ahí veo a la guerra
y también la muerte.
¡Pero está la vida
hermosa y latente!
Ahí esta Anahi…
Y ahí estamos yo
y mi bendita suerte.
En tan gran planeta,
entre tanta corriente,
¿qué hará el corazón
para oler semejanzas,
para detectar mentes
y encontrar, tan lejos,
gente tan cercana,
tan buena gente?