No tengo otra cosa que poder regalar a todo el mundo. Así que, para quien quiera apreciarla, ahí está mi palabra.

miércoles, 26 de febrero de 2014

¡Se calla una guitarra!


El músico Paco de Lucía, en una fotografía tomada en Castellar de la Frontera (Cádiz) el 14 de julio de 2004, tras anunciarse la concesión del Premio Príncipe de Asturias de las Artes de aquel año (AFP/Archivos, José Luis Roca)
   
Se ha callado para siempre una guitarra
y se ha quedado sordo el mundo entero,
aunque aún sigan cantando las cigarras.

Sobre el ruido acre de voces, hoy en día,
manantial superficial de aire y veneno,
la guitarra literaria que tocaba De Lucia
era poema musical, de mensajes pleno,    
un vital lienzo de color para quien la oía.

Hoy los ángeles dejan sus liras a un lado
y escuchan, a Paco tocarla, embelesados,
tal vez ellos puedan lograr que él sonría.

Ogando, 26, 02, 2014.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Como el agua sin cauce


Agua sin cauce que bajas salvaje de la montaña.
Manos callosas de campesinos te domarán
trazando acequias fugaces con sus azadas.

Senda umbría cuajada de moras, tras nuestra casa,
serpenteas paisajes de sueños y de esperanzas.
Sin falta, el asfalto, te enderezará mañana.

Más allá de las eras, suelto, el ganado pasta.
Pronto cerrarán los prados y le obligarán
a comer, encerrado entre vallas, pienso y alfalfa.

Corren los niños, jugando, por la orilla del rio
y en el calor de la tarde, de repente, se bañan.
Ya llegará alguien que impida que lo hagan.

Suena en el monte el eco de nuestras carcajadas,
y alguien, con envidia, se empeñará en pararlas,
poniendo alguna excusa baladí y macabra.

Las cosas del pueblo, ya sabes: ¡Derechas!
¡Han de crecer rectas! ¡Como Dios manda!
Imperan las reglas, y las normas marcan.

Debo volar, marcharme a tierras más altas.
No me gusta la azada, no me gustan las vallas,
ni me gusta el asfalto, ni la envidia malsana,
no me gusta la excusa, ni me gusta la alfalfa
no respeto las reglas que a los corazones atan.

Como el agua sin cauce, quiero al alma que escapa,
quiero torcido el camino de moras, aún con zarzas,
como el animal salvaje, en libertad, mi alma pasta.

…Como el viento, ser libre... Jamás en una jaula.


Ogando, febrero, 2014.