No tengo otra cosa que poder regalar a todo el mundo. Así que, para quien quiera apreciarla, ahí está mi palabra.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Nuestras posibilidades

Voy nadando entre cuerpos encorvados
y entre lánguidas miradas derrotadas
todo el peso de un terrible futuro
sobre seres rendidos y amargados.

Y recuerdo un tiempo no muy lejano
de sol y cervezas entre hermanos,
de alegría y de apretones de manos.
Nunca pedimos demasiado.

¿Quién sembró de mezquindad nuestras mañanas?
¿Quién ha robado de la vida la grandeza?
¿Quién ha sembrado tanta miseria y pobreza?

Alguien debería pagar un alto precio
por dejarnos de herencia la tristeza.