No tengo otra cosa que poder regalar a todo el mundo. Así que, para quien quiera apreciarla, ahí está mi palabra.

lunes, 14 de abril de 2014

Naufrago






Ajeno al mundo en que vivo
camino entre soledades
con la equivoca cadencia
de un viejo lobo marino
con miedo a las tempestades.

Con restos de mi naufragio,
por la ciudad me deslizo...

Viajo en estrellas fugaces,
navego en vasos de vino,
entre oleajes de gente…
voy buscando mi camino.
Galeote intrascendente
al que el mar embravecido
le destrozó su navío,
arrojado a las rompientes,
soy un fantasma perdido.

Y la vida, algunas veces,
viene y me llueve encima,
pilla mi alma desvestida,
y me empapa de poesía,
entonces rompo a llorar,
de pena, o de alegría…
y, aunque tampoco querría,
ya no me puedo parar. 
 
No os lo sabría explicar,
deben de ser cosas mías.


Ogando, abril, 2014.