No tengo otra cosa que poder regalar a todo el mundo. Así que, para quien quiera apreciarla, ahí está mi palabra.

jueves, 20 de octubre de 2011

Hermano de suburbano




Como en una estúpida canción
todos los días
sobre las vías,
corre la vida,
de una estación a otra estación.

La mirada perdida
Muy lejos, ¡tan lejos, del Sol!,
se arrastra bajo tierra,
ya perdida la guerra,
marchito y helado el corazón

Miserias gastadas
axilas sudadas
sueños del montón.
Gusanos de arena,
remedos, tu y yo.
Terrenos baldíos,
periplos perdidos,
excursiones al vacío,
vigilantes, turistas,
obreros, carteristas,
caras entrevistas,
viciado aire espeso.
Y, en medio de eso,
estatuas, tu y yo.

¡Deprisa, deprisa!,
hacia ningún lado.
Libros enlatados,
cielos requisados,
oscuros lugares,
rutina en altares,
mil horas perdidas
sin ganas de volar.
¡Cortadas las alas
estando muy lejos,
tan lejos, del mar!.

Pero no perdamos
de vista el azul,
la verde esperanza,
hermano, yo y tu…
al final del túnel,
intuyamos la luz.

            Ogando 2011

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