No tengo otra cosa que poder regalar a todo el mundo. Así que, para quien quiera apreciarla, ahí está mi palabra.

miércoles, 31 de octubre de 2018

Doña Guadalupe es una asesina


En realidad doña Guadalupe no lo sabe. No es que no sea consciente sino que no lo sabe, de verdad. Jamás ha llegado a relacionar las muertes que se producen a su alrededor con el hecho de que tengan algo que ver con su forma de ser.


Todos sabemos que los muertos en México tienden a quedarse y acumularse en todas partes para luego reunirse y celebrar a lo grande su día cuando toca. Pero la cuestión es que en el caso de doña Guadalupe se quedan a vivir en su mansión, y no salen jamás, aumentando esa atmósfera que es en realidad su cómplice en todos esos homicidios involuntarios perpetrados.

Doña Guadalupe es una mujer tremendamente bella, hermosa como una Madonna, y a su alrededor siempre hay pululando vida. Podrá parecer mentira pero cuando esa vida se queda a vivir con ella definitivamente descubre que tras esa espectacular fachada habitan la tristeza y la amargura más profundas sin sentido, el vacío más vertiginoso de objetivos y experiencias, y poco a poco la depresión que la rodea se transforma en inquietud, en ansiedad, y en muerte por pura tristeza.

Multitud de pajarillos, infinidad de plantas, y algunos maridos, han fenecido en esta casa a instancias de esa atmósfera oscura que te va quitando la vida, que te va amargando hasta tal punto que deseas desaparecer de allí, hasta que no deseas seguir viviendo y prefieres morir.

En realidad, una vez muertos, es cuando vuelven a ser felices todos juntos en la mansión y pueden celebrar en ella su día con grandes alharacas. No obstante pensé que debía contarles la historia a los federales pero no le han dado ninguna credibilidad. Al contrario, me han amenazado con enviarme a mi a un loquero, así pues yo lo dejo estar. Que la virgencita guarde a los próximos que se acerquen a doña Guadalupe. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario