No tengo otra cosa que poder regalar a todo el mundo. Así que, para quien quiera apreciarla, ahí está mi palabra.

viernes, 30 de octubre de 2015

REFUGIADOS.

De níquel y de hierro es el núcleo de la Tierra,
de metal también el corazón de las estrellas,
de metal el cielo que no acoge y nos engaña,
y de ardiente metal, el infierno, nos aguarda.

De metal, cruzamos, los océanos y montañas,
y de papel, hecho con sueños, nuestras balsas.                                             
Ni creemos en Dios, ni los niños en las hadas,
pues nadie, nada, reacciona a nuestra marcha.

De cortante metal es el filo de las alambradas,
y nos esperan delante, detrás empujan armas,
esas armas de metal que vendéis y nos matan.
De metal es el hambre que nos acosa y ataca.

De metal son todas las concertinas, y aduanas,
que, con falsos nombres musicales, desgarran.
De cortante metal son las mentiras descaradas,
y los hilos, de quienes nos manejan y nos atan.

De frío metal son nuestras vidas descarriadas,
de metal el norte y el sur de nuestra marcha.

De metal debe ser el hedor de nuestras almas,
y de nuestro corazón a juzgar por las miradas,
De metal debe ser ya el alma de los hombres,
oxidadas además por el mar de tanta lagrima.


Ogando, 2015

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