Si
que quiero ser feliz
pero
no me dejan,
se
vuelven contra mi
esas
cosas viejas
que
antes eran nuestro hogar,
y
ahora nos reflejan.
Las
aguas de los mares
sembradas
de cadáveres
los
muros y alambradas
que
mantienen vidas,
y
personas, separadas.
Tantas
guerras en la Tierra
que
no acaban.
Tal
vez creas que aposta
hago
llorar a mis versos
porque
un poeta celebra,
porque
si, los dramas.
Pero
quiero ser feliz
y
no me dejan,
las lagrimas derramadas,
las lagrimas derramadas,
el
hambre, la miseria...
y
los niños que, ya jamás,
podrán
derramar nada.
Ogando. 2015
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