No tengo otra cosa que poder regalar a todo el mundo. Así que, para quien quiera apreciarla, ahí está mi palabra.

lunes, 12 de febrero de 2018

“LA PENELOPEA”

“LA PENELOPEA”
Mi nombre es Ulises. Armo y desarmo, sin previsto final, mis arcos y flechas de mortal guerrero mortal. De día construyo, y de noche destruyó el trabajo logrado, mintiendo a princesas que anhelan mi reino y que saben que estoy obligado, si mi reina no vuelve, a casarme con una de ellas, y dar paz a mi pueblo, y continuidad a mi reino.
Mi nombre es Ulises. Estuve mil años luchando en la guerra, burlando a los dioses, escapando de hechiceras, sirenas, cíclopes, de monstruos, y de sus dueños… y mientras Penélope, fiel mujer de su rey, esperó paciente la vuelta de su hombre, tejiendo tapices y sueños
Y por fin regresé, había estado fuera mil años, pero no toleré que otros hombres la hubieran cortejado. Monté en cólera y maté con mi arco a cuantos me fui encontrando.
Sin embargo, tras todos esos años, y en tal estado llegar de repente, Penélope habló, dulce y hermosa, pero irreverente:
.-Tu historia es hermosa, que el tal Homero la escriba. Más no la he comprado. Tales cosas me cuentas que solo queda pensar que has vivido tu vida como has querido vivirla. Te has ido de guerras con tus reales amigos, has tenido aventuras, de un tipo y de otro, has bebido seguro con Áyax y Aquiles todo el vino del mundo, y no quiero pensar lo que has hecho con Circe. Has hecho de hombre sin más, mientras yo esperaba dormida mi turno.
Pero el tiempo ha pasado, y ha cambiado el orden. Tu sabrás si me esperas, pero ahora me toca ser mujer a mi aire al menos mil años, y lograr igualar ese tiempo perdido. Al volver ya veremos si volver a intentarlo, en igualdad de derechos y planos.-
Y se fue… Marchó al llegar el verano. Cogió nuestra nave, y deje de ver su velamen cuando el horizonte se tragó su recuerdo. Me llegan leyendas de que ha hechizado a hechiceros, ha matado a monstruos, y ha enamorado a dioses. Y mientras yo aquí la espero, tengo la esperanza de que vuelva, seamos iguales pero diferentes, y aún podamos vivir ese mágico cuento que es la vida en común sin tareas ni dudas, ni deudas pendientes. Mientras tanto monto y desmonto mi arco, solitario y paciente.
JOgando, febrero, 2018.
(Poética Prosa).

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